lunes, 20 de abril de 2020

Autos y algo más...

Siempre he tenido un gusto particular por el automovilismo y la mecánica, colecciono fotos de mis autos favoritos y en las redes sociales sigo a pilotos, comentaristas, coleccionistas y marcas. En estos días en especial tuve dos experiencias que me llenan de recuerdos.

La primera fue la oportunidad de participar virtualmente en una charla entre cuates con Adrián Fernández el Chapulín Díaz, Luis Manuel Lopez y sus invitados. Los invitados éramos fans
del automovilismo y amigos de los anfitriones que con sus comentarios y las respuestas generosas de Adrián hicieron de esta reunión un agasajo de recuerdos que me remontaron a mí época de universitario en Guadalajara en los ochentas acampando en el autódromo para disfrutar de las carreras.

La segunda experiencia fue la llamada telefónica que recibí el domingo de resurrección de mi admirado Tío Pecos para desearnos felices Pascuas. Con él comparto el gusto por las máquinas y  le tengo un particular aprecio y agradecimiento. Compañero de travesuras de mi Mamá, generoso con nuestra familia, sus divertidas anécdotas aderezadas con un fino humor y conciencia social siempre provocan una sonrisa.
En el verano de 1972 ayudó a mi padre a reencontrarse con la familia después de una odisea, nunca podré olvidar esos días en Matanchén que sin su complicidad no hubieran sido posibles. Le debo el vídeo de mi boda, un libro sobre mecánica automotriz y el cariño que siempre me ha brindado.

Ha tenido aprecio por los Renaults y hoy cuenta con un hermoso 4CV 1959, un pequeño auto de un hombre de un gran corazón.