Son muchas las cosas que podría escribir sobre mi tío Miguel, pero es más el agradecimiento que siempre le tendré y el lugar que ocupa en mi corazón.
Fue muy generoso con mi familia, a mi hermano Pepe y a mí nos adoptaba los veranos (arruinando las vacaciones de mis primas).
Gracias a él conocí el teatro musical, a Les Luthiers, Teotihuacán, Tepotzotlán, Valle del Bravo, El MUNAL, las violetas africanas… Maneje el poderoso Jaguar E Type de su compadre Tedy e hice mi primer viaje en avión.
Cuando se juntaban en Navojoa los Tíos en casa de mi tío Chacho, él se escapaba de los Jaiboles y se iba a nuestra casa y nos divertíamos mucho con su buen humor.
Me apodaba “Flacura”, “Ojos de radar”... Era un divertido conversador.
En Septiembre de 1986 cuando una bala colapso a nuestra familia apoyo a mi hermano médica y espiritualmente como nadie.
Sus correos electrónicos con la reflexión del evangelio llegaban oportunos a mi computadora para recordarme Nuestro Destino Eterno.
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